sábado, 26 de diciembre de 2020

Lirios de color púrpura

Detrás de un árbol, junto a su casa, se asomaba Lily. 

Unas mujeres uniformadas bajaron de un vehículo y se acercaron a la puerta de su casa. Escuchaba de lejos, a poco más de veinte metros, un iu-iu escandaloso que alternaba con luces rojas y azules. Era de noche. Jamás había estado allí de noche.  

El árbol era otro de noche. Y las calles, y el vecindario. Nunca los había visto libres. Ella no entendía cuando veía desde la ventana de su cuarto chicos pasar con bicicletas y balones de fútbol en la noche. Hija, no podés salir afuera de noche decía su madre. «¿Qué tengo yo de especial?» pensaba. Pero hoy era diferente. Hoy estaba sola y de noche por fuera de su casa. 

Lily quería entender. Una llamada al teléfono de la casa. Su madre contesta: "me la van a quitar, mamá, se la van a llevar." Su madre la toma bruscamente del brazo, abre la puerta de atrás, se pone en cunclillas para estar a la misma altura. Quiero que corrás, hija, y te escondás. Esta noche por fin salís. 

Lily nunca había jugado escondidas con su madre y no creía que se tratara de un juego. Mientras corría a ponerse detrás del árbol solo pensaba en las lágrimas que caían del rostro de su madre.

«Salís, salís, esta noche salís.»
«Hija.»
«¿Por qué nunca me llamará por mi nombre?»
«Lily.»
«Por fin salís.»
«Es lo que yo quería: salir. Pero quería salir con vos. No sé.»
«Mami.»
«¿Mami, por qué tenés nombre de flor?»

Una de las uniformadas salió también por detrás y apuntó al árbol con su linterna. Vio la silueta de Lily y se acercó. Una silueta de animal que corre y se esconde cuando estalla la pólvora en el cielo. La linterna dibujó cada parte de su cuerpo, de pies a cabeza. Su piel blanca teñida de púrpura opacaba sus recuerdos.

Te llamás Lily, ¿verdad? Lily asintió.
«Lily.»


lunes, 21 de diciembre de 2020

La Marca

Te beso en mi antebrazo.
Estamos solos.
Cambiemos papeles.
Llévame tú ahora
Que tú me quieres,
¿Cierto?

Llévame a ella
Lejos o cerca,
Pero a ella
Que la quiero
En cada salida.



lunes, 23 de noviembre de 2020

Vuelta

Una elipse completa.
Un sol entero sin sueño.

El demonio me llama.
A veces creo que soy demonio también.
Solo uno es real.
Que estoy aquí, que estoy aquí.
Grité que estoy aquí.
Se lo grité al demonio de frente
Para que deje de existir.
Mejor, para que no sea. Sí.

Mejor que no sea
Para no volver a las palabras
Que están por fuera de las letras
Que prometen vueltas eternas,
Noviembres distintos.
 

viernes, 30 de octubre de 2020

Una canción que no se va

Je t’aime

Je t’aime is “I love you” in French,

If you want to be less passionated about it, you’d say “je t’aime bien”,

“Aimez bien” means “to like”, and “aimer” means to love.

Je t’aime, je t’aime bien.

If you want to tell someone that he or she is pretty, you’d say “tu es joli”, “tu es joli”

You can also say “tu es gentil”, which means “beautiful” or “nice” and you could say “you’re great”

Tu es formidable, so…

Tu es joli, tu es gentil, je t’aime, je t’aime bien, tu es formidable…

domingo, 13 de septiembre de 2020

Itomori

En el final del viaje nos encontramos en una escalera en la ciudad. Nos conocimos en sueños pasados. Conectamos. Nos encontramos y seguimos sin conocernos. Tú me escribiste tu nombre en el reverso de mi palma y yo te escribí las palabras más sagradas. Lo hice porque sabía que olvidarías mi nombre, así como yo olvidé el tuyo. Pero lo que se siente al leer esas palabras no se olvida por más oníricas que sean nuestras distancias. En el último intercambio, cuando nos escribimos, alcanzamos a sentirnos. Queda el recuerdo de algo, no sé, del algo que uno quiere encontrar pero no sabe por dónde buscar. No era un sueño, lo juro. Ahora estamos aquí, tú arriba y yo abajo, y nos acercamos sin mirarnos a ver si al entrevernos confirmamos nuestros sueños. Caminamos uno lado del otro tratando de descifrarlo todo. Pero no hay preguntas. A veces la mente se pierde en ejercicios vagos y esperanzadores buscando y buscando. Eso hacemos mientras nuestros pies avanzan. Yo ya estoy donde estabas e igual tú. Estamos de espaldas en pausa tratando de manipular el universo. Yo giro y te pregunto si nos hemos visto antes y tú respondes entre lágrimas que estabas pensando lo mismo. Se nos viene el recuerdo de nuestras manos, del mensaje en el reverso, y nos preguntamos al mismo tiempo si podemos saber nuestros nombres mientras la música inicia y la película termina.

martes, 25 de agosto de 2020

Jerónimo

De las últimas cosas que recuerdo, en su avanzado estado de enfermedad, fue cuando tomó vuelo y se alzó sobre el regazo de mi hermana al verla llorar de rabia, de impotencia, de saber que hace unos días todo estaba bien y que de un momento a otro el espíritu de su hijo se había apagado. Lo que no tiene nombre es la muerte de un hijo.Me parte el alma, Juan, me parte el alma no sentirlo— gritaba mientras su hijo moría entre sus brazos. Y sus ojos grandes y negros tan abiertos, no había forma de cerrarlos, como si quedara algo pendiente. Yo puse la mano en su pecho para responderle a mi hermana. No me salían las palabras, porque eran tan devastadoras. Todavía (y quién sabe por cuánto) soy incapaz de decirlas sin sentir un puñal en el corazón.—Está muerto— le dije con un abrazo. Y lloramos. 

No tiene nombre porque es injusto ver un hijo morir. La naturaleza nos dice que somos nosotros primero, ¿no? Que aún les falta caminar más por esta vida, ¿no? Que aún quedan preguntas por formular y responder. Pero la verdad es que todas las especies tenemos reloj distinto. Y por más padre que sea yo, él ya caminó por este mundo más que yo.  Caminó mi mundo a diario, de patas a cabeza. Me conoció de once años y me esperó todos los pocos momentos que le dije que me esperara, que me iba a recorrer otros pueblos, que volvía pronto. Y siempre lo hacía, y lo primero que hacía era buscarlo a él, para comprobar su eterno cariño, su movimiento de vaivén de patitas único que hacía cuando estaba juguetón, porque ningún viaje era completo sin sentir su ausencia. Porque es mi perrito, mi niño, todo lo más lindo de mi vida que se fue de viaje.  

martes, 28 de julio de 2020

Una, dos, tres

Te pregunto por las líneas que te conforman.
Me respondes con un sueño.
No tuyo, sino ajeno.
Un testimonio lejano
Que para ti vale por la razón
Sobre la verdad de nosotros.

Mi corazón se arruga
De inventar sueños,
De tomar por fe 
Lo que no puede ser.

Te busco así no quiera verte
Porque nadie te quiere
Por caprichosa
E insensible.
Eres mi secreto
Para ocultarle a las demás
Que yo puedo
Dejar de llorar.

viernes, 22 de mayo de 2020

Quizás Mañana

Hace días que veo calles vacías. Por miedo -o quizás amor- quién sabrá. Y yo salgo en las tardes, a las cinco, cuando parece que el día empieza a acabarse, a recorrer esos caminos de antes. Que antes no estaban vacíos -había quién dejara rastro invisible en su suelo. Quedan esas huellas que nadie ve de las historias que comienzan, cruzan y terminan en las aceras. La historia que termina con un paseo por los parques y un abrazo en medio de la calle. Yo me acuerdo de esa historia. Camino por ahí tratando de reconstruir los pasos. Nadie me mira y a nadie le importa. "Subimos por aquí, cruzamos por acá, nos sentamos allí y justo aquí nos despedimos." Trato de recordar las huellas todavía más invisibles de las palabras que nos dijimos en ese camino. Nos hablamos de amor (sí, "nos") y de sueños en las manos, de presagios y locuras. Recuerdo cómo se sentían las risas y las lágrimas, los extremos e intermedios. Lo recuerdo todo, aun cuando hay memorias que deben olvidarse. Por comunes y frecuentes. Porque todos los días los vivía de la misma forma. Porque pensé que eran eternas y para siempre mías. Mis paisajes, mis calles y mis lugares. Que pensé que nada cambiaría. Todas las historias de mi vida que pasaron por ahí las siento mientras el sol se pone. Cuando no veo a nadie por allí, sino las voces del vacío. Los fantasmas que pasaron por aquí antes y que sin miedo -con amor- escucho. "No estoy solo, ellos están aquí." Y con ellos me quedo sentado en una banca, bebiendo cerveza de viento en un vaso imposible. Río, me río de mí, de olvidar las costumbres, mis costumbres. "No había notado que las hojas de ese árbol son más blancas que verdes." Parece otro lugar. Uno que siempre estaba y no encontraba. Porque andaba perdido en melancolías y fantasías ajenas a este mundo. Los fantasmas se esfuman. No son eternos, son recuerdos. Y yo me iré con ellos. Pero antes debo despedirme de los que siempre estuvieron aquí y que cada día son más. A las cinco, cuando parece que el día acaba, son más. Son reales.

sábado, 25 de abril de 2020

Binario

00100010 01000101 01110011 00100000 01101101 01110101 01111001 00100000 01110100 01110010 01101001 01110011 01110100 01100101 00100000 01110010 01100101 01100011 01101111 01110010 01100100 01100001 01110010 00100000 01101101 01101111 01101101 01100101 01101110 01110100 01101111 01110011 00100000 01100110 01100101 01101100 01101001 01100011 01100101 01110011 00001010 01000100 01100101 00100000 01110101 01101110 00100000 01100011 01100001 01110010 01101001 11110001 01101111 00100000 01110001 01110101 01100101 00100000 01110011 01100001 01101110 01100111 01110010 11110011 00100000 01101101 01101001 00100000 01100011 01101111 01110010 01100001 01111010 11110011 01101110 00001010 00101000 00101110 00101110 00101110 00101001 00001010 01011001 00100000 01101110 01101001 00100000 01110011 01101111 01101101 01100010 01110010 01100001 00100000 01110001 01110101 01100101 01100100 01100001 01110010 11100001 00100000 01100100 01100101 00100000 01100001 01110001 01110101 01100101 01101100 00100000 01100001 01101101 01101111 01110010 00101110 00100010 

domingo, 19 de abril de 2020

Nada

Qué es lo que es eterno.
Yo no sé.
Quizás tu sonrisa
Que veo cuando paseo
En los sueños que quiero.

¿Me es permitido ser así de feliz?
Quien lo permite
Debe ser un entero
Que teje en mi cabeza
Disonancias de mierda
Que me hacen feliz.

jueves, 26 de marzo de 2020

Virus

Estoy encerrado por un virus
Con mis demonios,
Escuchando cómo se muere la gente de afuera
Uno a uno
Porque el virus los mata,
Y el hambre,
Y la angustia de estar atrapados
Con sus demonios
Que les dicen
"Yo no quiero perderte"
Para vivir siempre con ellos.

domingo, 12 de enero de 2020

Nuevo

Sueño cuando no debo soñar.
Sueño que te beso, que te beso toda
En mis pasados,
En mis futuros que no son ni serán,
Que quisiera que no fueran sólo míos,
Sino nuestros,
Nuestros los sueños que sólo yo sueño
Cuando no debo soñarlos.

Todo mi tiempo pasado fue mejor.
Cuando estabas tú.
Cuando ignoraba el agudo sufrimiento
De vivir,
De ver cómo caen las cosas en el suelo,
De ver cómo se oscurece el cielo.

Soltar y empezar.
Soltar lo que no se puede repetir
Porque jamás ha pasado.
Empezar un libro de recuerdos,
Ojalá sin sueños,
De besos reales y eternos.