miércoles, 20 de noviembre de 2019

Hilo

Previamente no había sido un hombre de creencias. De niño seguía el guión católico que me inculcaron mi madre y mi padre hasta que asesinaron al papá de un amigo. Tenía quizás 13 o 14 años, no recuerdo bien. Ese día cuestioné a ese dios católico que pintaban de bondadoso y justo. ¿Qué de justo y bueno hay en el asesinato de una persona? Ante esto, era común escuchar que lo de bueno y bondadoso iba después, en el "cielo". Lo paradójico era escuchar a esas personas darle gracias a ese dios por las cosas buenas que recibían. Entonces, ¿qué? ¿Sí puede ser bondadoso en vida? Si podía ser bondadoso en vida, entonces ¿por qué tuvo que morir el padre de mi amigo?

Dejé de creer. Además estaba sesgado por esa iglesia que siempre se ha enriquecido a costa de la fe y la voluntad de los creyentes. Sin embargo, cometí el error de pensar que ese dios cubría cualquier forma sobrenatural o divina que pudiera existir. Por eso, terminé por considerarme un agnóstico, o sea, empecé a creer que si hay algo sobrenatural, definitivamente no estaba a nuestro alcance. Me lavé las manos con eso.

Este año hice un viaje por el mundo. Conocí todas las grandes religiones: Budismo, Hinduismo, Cristianismo, Judaísmo e Islam. De alguna forma me dejé contagiar por esa espiritualidad. Empece a creer que quizás existe un hilo (por llamarlo de alguna forma) que une personas, une cosas. En particular, pensaba en un hilo que me conectaba con ella. Me apropié de ese hilo: lo pensé, lo conversé, hasta puedo decir que vi señales de su supuesta existencia. No sé si caí en un sesgo de confirmación, porque es fácil caer. Es fácil caer en una idea tan bella como es el amor. 

Ayer recibí una noticia que me hizo dudar del hilo. No hay algo más desgarrador que despertar sin fe. Vamos a ver qué pasa.